La vacunación contra la influenza permite reducir los síntomas y gravedad en caso de ser contagiado con el virus de la Influenza, previniendo así un cuadro de mayor gravedad, sobre todo en los grupos de riesgo mayor como son los pacientes crónicos, los niños y los adultos de avanzada edad.
“La vacunación no evita contraer la enfermedad o el virus, pero lo que hace, básicamente, como cualquier vacuna, es que evita o disminuye la sintomatología grave. Lo que se quiere evitar es que los pacientes lleguen a la hospitalización, porque cualquier paciente que se hospitaliza se puede ver afectado o es más susceptible a que otros patógenos, principalmente bacterias, ataquen”, señaló la kinesióloga, especialista en Fisioterapia del Tórax, y académica de la carrera de Kinesiología de la Universidad de La Serena, Francisca Molina.
El virus de la influenza es de rápida transmisión, principalmente por las gotitas que se generan cuando las personas con esta enfermedad tosen, por lo que la incidencia de infección es alta en la población general. El uso de mascarilla y las medidas de higiene como el lavado de manos son fundamentales como complemento de la vacunación.
Sobre los cuadros de influenza, agravados por la temida “bacteria asesina”, la kinesióloga fue indicó que “en realidad esta es una bacteria que se encuentra en la vía aérea de muchas personas, pero que se ha visto que en personas que están cursando cuadros respiratorios, como por ejemplo el caso de la influenza o que han sufrido alguna cirugía o que han tenido o tienen alguna inmunosupresión, es mucho más grave”.
El streptococcus pyogenes, es una bacteria que coloniza la vía aérea y, por lo tanto, tiene que ser tratada con antibióticos de manejo médico.
Desde el punto de vista kinesiológico, la profesional detalló que “se trabaja en manejar la secreción bronquial para evitar complicaciones, como por ejemplo que haya obstrucción de vía aérea o que se generen atelectasias en los alvéolos, que son las zonas de intercambio de nuestro pulmón”.