La fruticultura es una actividad relevante para Chile y, al año 2023, la Región de Coquimbo contaba con 27.175 hectáreas productivas, equivalente al 7,2% del país, especialmente concentradas en uva de mesa, mandarinas, clementinas, paltas, olivos, además de las plantaciones de nogales, Limones y Almendros.
Sin embargo, en las últimas temporadas, este sector atraviesa importantes desafíos, debido a eventos climáticos extremos como sequías, heladas y lluvias extemporáneas; las alzas de costos; la escasez de mano de obra, sumado variedades frutales obsoletas, la competencia con otros países y el acceso al financiamiento, entre otros.
Es por este motivo que el Programa Estratégico Regional (PER) Fruticultura Sustentable Coquimbo, financiado por el Gobierno Regional y Corfo, se ha planteado el objetivo de transferir herramientas, conocimientos y técnicas que permitan el desarrollo de una agricultura que asuma los retos impuestos por el cambio climático y la comercialización, a través de la investigación y la innovación.
Frente a este diagnóstico, Víctor Muñoz, gerente del PER Fruticultura Sustentable Coquimbo, dice que la sustentabilidad se plantea como una solución a las problemáticas del sector, donde se conjugan el desarrollo económico, social y el cuidado del medioambiente. “Es posible a través de cultivos de alta producción, demanda y valor, con una cadena de producción que ofrezca remuneraciones atractivas y se preocupe por la seguridad de los trabajadores, y que tenga altos estándares de impacto medioambiental (suelo, agua, flora y fauna), trazabilidad e inocuidad de la fruta”.
El Gobernador de la Región de Coquimbo, Darwin Ibacache, explica que este programa incluye ejes que fomentan la asociatividad y fortalece los territorios de la Región de Coquimbo, considerando la gestión eficiente del agua, acercando la investigación y el acceso de los conocimientos a los productores. “Requerimos adaptarnos al cambio climático; que los trabajadores cuenten con conocimientos, herramientas y habilidades para avanzar hacia una producción sustentable; mientras concurrimos con financiamiento para mantener un proceso agroexportador viable; generar establecimientos apropiados y competitivos para llegar a mercados más exigentes”, aclaró la máxima autoridad regional.
Pedro Valencia, Presidente de la Comisión de Fomento Productivo del Consejo Regional, indicó que gracias a una gobernanza público-privada se coordina y supervisa la implementación de actividades, “esencial para el futuro de la fruticultura en la Región de Coquimbo, asegurando su permanencia en el tiempo en base a nuevas tecnologías, la innovación y la asociatividad del sector, mejorando las oportunidades de contar con trabajadores más calificados”.
El Programa Transforma ya tiene sus primeros resultados obtenidos a la fecha, con hitos relevantes logrados hasta ahora. “Nuestro programa cuenta con importantes avances desde la implementación de este instrumento. Además del establecimiento de su Gobernanza y validación de la hoja de ruta de corto, mediano y largo plazo, destacamos el diseño de una ‘Estrategia Agroalimentaria Regional’, así como la creación de la ‘Red de Dinamizadores Agroecológicos Provinciales’. Con ello buscamos impulsar la I+D+i y la transferencia tecnológica de prácticas sostenibles, junto con el impulso de iniciativas de fomento productivo. Cabe señalar que se ha generado un análisis de la cadena de valor y el fomento de modelos exitosos, los cuales se pueden revisar como referentes regionales”, destacó el Director Regional de Corfo, Andrés Zurita.
José Eugenio González es fruticultor de la región y ha participado en este programa desde hace algunos años. En ese sentido, destaca la incorporación de riego satelital en sus predios y otras tecnologías que facilitanla proyección de calibre de mandarinas. “Hoy estoy incorporando la instalación de dos sondas de riego que permiten medir la humedad del suelo y que se complementa con la información satelital, reforzando la precisión del riego. La verdad es que me parece valioso el apoyo, estamos con una sequía tremenda que no se había producido históricamente, prolongada e intensa que nos obliga a tecnificarnos para producir con menos agua en la misma cantidad y calidad”, sentencia.