Por Susana Veas Veas, Directora Regional de Fundación Integra
Este año, celebramos los 160 años de la educación parvularia en Chile, un hito que nos invita a reflexionar sobre la importancia de este primer nivel educativo para el desarrollo de niñas y niños. Como Directora Regional de Fundación Integra, me llena de orgullo ver cómo nuestra institución y JUNJI, con su red de salas cuna y jardines infantiles, continúan consolidando un modelo educativo inclusivo, accesible y de calidad, respaldado por equiposeducativos comprometidos con el bienestar y aprendizaje de cada niña y niño.
Según datos del Ministerio de Educación de Chile y de la Subsecretaría de Educación Parvularia, la asistencia a la educación parvularia tiene un impacto positivo y significativo en el desarrollo integral de la niñez. La evidencia nacional muestra que quienes asisten regularmente al jardín infantil tienen un desempeño superior en educación básica y mayores probabilidades de alcanzar un desarrollo socioemocional óptimo. Estas cifras reafirman lo que sabemos desde hace años: la educación temprana no solo prepara a las niñas y niños para su vida escolar, sino que también contribuye a su bienestar general y a su habilidad para adaptarse y participar activamente en la sociedad.
Desde Fundación Integra, impulsamos una educación parvularia centrada en el respeto por los derechos de cada niño y niña, promoviendo el juego como herramienta de aprendizaje y desarrollo. Nuestros espacios son seguros, enriquecedores y diseñados para que niños y niñas exploren, se expresen y desarrollen habilidades esenciales, como la resolución de conflictos, la comunicación efectiva y la autonomía. Cada interacción y actividad en el jardín infantil tiene el potencial de formar a ciudadanos empáticos, respetuosos y resilientes, valores fundamentales para construir una sociedad más inclusiva, justa y democrática.
Hoy, cuando celebramos un legado de 160 años, redoblamos nuestro compromiso de fortalecer la educación inicial y de seguir avanzando hacia un modelo educativo que incluya a todas y todos. Porque, como país, nuestra prioridad debe ser garantizar el desarrollo integral de nuestras infancias, ofreciéndoles una educación de calidad y un entorno que fomente su felicidad y aprendizaje desde los primeros años de vida.
Juntos, como comunidad y como país, sigamos apostando por la educación parvularia pública como el camino para construir un presente mejor.