Habían pasado recién un par de minutos de finalizado el categórico 4-1 de Coquimbo Unido sobre San Felipe y curiosamente la atención del público en el Estadio Francisco Sánchez Rumoroso se trasladó hasta la región del Bío Bío, donde Fernández Vial se enfrentaba con Santiago Morning, equipo que pelea por el ascenso.
Con el marcador en blanco hasta el tiempo de alargue, un penal para el elenco microbusero le daba la tremenda chance de obtener los tres puntos y seguir amagando a los porteños de Tito Tapia. En cosa de segundos, un nuevo estallido de felicidad en el recinto Pirata cuando se informa que el portero Gustavo Merino se lució y salvó el arco del “almirante” atajando el disparo de Cristian Aravena (90+5’).
La misión de Héctor Tapia y sus pupilos, que suman 52 unidades, contra 49 de Copiapó y 48 del Morning, es ganar en Collao, faltando solamente un partido para que baje el telón de la temporada, resultado que permitiría que el Pirata logre 55 inalcanzables para el resto de sus perseguidores, aunque el Morning sume tres por secretaría.
Cualquier otro resultado ante el elenco ferroviario, podría dejar condicionado el título y el ascenso directo si los capitalinos superar en la última jornada a Temuco en La Pintana.
Guiados por Paredes
Para llegar dependiendo exclusivamente de ellos, los aurinegros le regalaron a sus hinchas y a los 7.058 espectadores que se presentaron en el Fortín del Llano, una de sus mejores actuaciones en la tarde de ayer, en el marco de la fecha 29, guiados del zurdo Esteban Paredes y el juego de táctica fija en la que participaron el defensor Benjamín Vidal, autor de dos tantos, su máximo artillero, Leandro Garate y el atacante Renato Tarifeño, autores de cuatro tantos que acercan al Pirata a la serie de Honor.
No fue fácil, había sido el cuadro aconcagüino el que abrió el marcador, a los 22’ por intermedio de Alejandro Azócar, quien aprovechó un forado en la última línea porteña para internarse en el área y vencer al portero Matías Cano con un remate suave.
Antes lo había tenido Paredes en dos oportunidades, aunque ayer el goleador se vistió de asistidor, emergiendo en los momentos decisivos de un partido que se había complicado más de la cuenta y que no encontraba claridad en los últimos metros, pese a las oportunidades que comenzaron a crearse frente al portero Lucas Giovini.
Si San Felipe, mostraba una tenencia de balón bastante grata a la vista, mostró sus debilidades defensivas en el juego aéreo, luciéndose Benjamín Vidal, quien aprovechó calcados centros de esquina de Paredes, para ganar en el juego aéreo y cambiar la historia del partido al caer el primer capítulo.
Aunque tardío, fue el premio para un equipo que no se desesperó cuando el rival le quitó el balón, por el contrario, fue paciente hasta que marcó las diferencias gracias a sus individualidades.
Al volver, Leandro Garate puso el 3-1, también con golpe de cabeza, marcador que cerró Tarifeño a los 90+2’ tras una corrida de Beausejour.