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Cáncer Infantil: El diagnóstico oportuno es clave

Cáncer Infantil: El diagnóstico oportuno es clave

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El cáncer es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes en todo el mundo, y como lamentablemente no existe la prevención, poder identificarlo a tiempo es primordial para comenzar el tratamiento y lograr administrarlo de forma efectiva.

Tomando en cuenta su importancia, es que este año la III Jornada Regional de Oncología, organizada por el Servicio de Salud Coquimbo, estuvo enfocada en el Cáncer Infantil, una instancia que se desarrolló durante dos días y reunió a más de 60 representantes de los hospitales de la Red Asistencial. El objetivo fue educar a los equipos que trabajan con niños, niñas y adolescentes, y entregarles herramientas y conocimientos integrales sobre el paciente oncológico pediátrico, para que así puedan realizar una sospecha oportuna.

“Lo más importante es que el pediatra o el personal de salud tengan presente el cáncer, que sí es posible que un niño de 0 a 15 años tenga cáncer y lo tenga en mente, y si es que lo llega a pensar, haga una derivación oportuna, se haga responsable y que ese niño sea atendido lo antes posible, porque si mejoramos el diagnóstico precoz, también la posibilidad de mejorar a ese niño. (…)En leucemia el riesgo estándar tiene una sobrevida del 95%, en cambio en riesgo alto tiene una sobrevida que va menos de un 70%. Eso en números puede ser poco, pero cuando es tu hijo el que está enfermo es muy importante, porque mientras más tardío parta el tratamiento, es peor el pronóstico”, indicó la Dra. Ximena Espinoza, hemato-oncóloga pediatra del Hospital Roberto del Río y una de las expositoras de la jornada.

En este aspecto también coincide María Carolina Robledo, especialista en Oncología Pediátrica del Departamento de Cáncer de la Subsecretaria de Salud Pública. Ella menciona que en el último informe del Registro Nacional de Cáncer Infantil del periodo 2017-2019, se registran 528 casos en promedio de forma anual, una cifra que se ha mantenido estable a lo largo de los años, por lo que el diagnóstico temprano es el camino.

“Como sabemos, el cáncer infanto-adolescente no se puede prevenir, por lo que es probable que las cifras no varíen mucho, entonces lo que sí se puede hacer es una detección precoz, y a eso se está apuntando, sobre todo con el Plan Nacional de Cáncer Infanto-adolescente. Ese es uno de los objetivos que busca el capacitar a los equipos para poder hacer una detección precoz, por lo tanto un diagnóstico oportuno, un tratamiento adecuado y todo eso sí va a influir en la calidad de vida de los niños y también en su sobrevida, esa es de alguna forma lo que sí podemos hacer», señaló.

Quienes también estuvieron presentes en el encuentro fueron las agrupaciones de madres y padres de niños, niñas y adolescentes con cáncer, entregando testimonio y exponiendo su visión desde la otra vereda.

«Nos parece tremendamente valioso poder manifestar nuestra opinión en estos espacios, contar sobre nuestros logros y nuestros anhelos en el marco de una jornada tan significativa, y es una tremenda oportunidad de poder interactuar con los equipos médicos en representación de los padres de pacientes de cáncer infanto-juvenil. (…) Nos parece que, si bien se ha avanzado en nuestro país, y en los últimos años hemos conseguido movilizar brechas importantes en algunas problemáticas, aún quedan muchos desafíos, por los que debemos aunar esfuerzos con la comunidad entera, sobre todo en nuestra región”, destacó María Andrea Céspedes, directora de la Corporación ONCOMAMÁS.

En cuanto a los aspectos que se vislumbran a futuro en Cáncer Infantil en la región, la ,hemato-oncóloga pediatra y asesora de Oncología Infantil en el Servicio de Salud Coquimbo, también coincidió en que el diagnóstico oportuno es clave, es por eso que se vuelve relevante el trabajo que están realizando los equipos en La Serena.

“Entregan prestaciones como la sospecha y seguimiento de cáncer infantil. Con esa sospecha, nosotros derivamos al Hospital Roberto del Río, que es nuestro centro de referencia, allí se trata y después de un tiempo estos niños retornan a la región, donde se les puede hacer un seguimiento para ver las complicaciones a largo plazo de su tratamiento de quimioterapia y también se pueden hacer cuidados paliativos”, detalla.

Cabe destacar que este equipo acompaña a los pacientes y sus familias en el proceso del cáncer, aportando a que los niños y niñas puedan realizar sus actividades con normalidad, así como también brindarles cuidados básicos e incluso acompañar a las familias en todo este proceso.