El sábado 4 de septiembre a la medianoche los relojes deberán adelantarse en una hora, a excepción de la Región de Magallanes, que tiene horario único.
El próximo sábado 4 de septiembre a la medianoche se deben adelantar en una hora los relojes, dando así inicio al horario de verano, que permite que anochezca más tarde y el día se haga más largo.
Esta transición podría generar alteraciones en el sueño, cambios en las rutinas de alimentación, irritabilidad o cansancio en los niños y niñas. Por ello, los profesionales de Fonoinfancia, el servicio gratuito de orientación psicológica no presencial de Fundación Integra, han elaborado algunas sugerencias para que los adultos puedan acompañar en este proceso.
Alicia Varela, jefa del Departamento de Promoción y Fonoinfancia, señala que con el nuevo horario es probable que se presenten algunos cambios en el estado emocional de niños y niñas, debido a que son más sensibles y requieren de un mayor tiempo de descanso. “Si los cambios en el huso horario repercuten en la rutina y los hábitos de los adultos, en los niños y niñas pueden ser aún más significativos, ya que por lo general necesitan un tiempo mayor para adaptarse”, dice.
Asimismo, Varela agrega que “estamos en un proceso de desconfinamiento, retomando paulatinamente las actividades que se hacían antes de la pandemia, muchos adultos comienzan a salir de casa al trabajo presencial y los niños retornan a los establecimientos educacionales, lo que ya ha implicado una serie de adaptaciones en la rutina y cotidianidad. Estos cambios podrían producir una serie de efectos psicológicos, por lo que es esperable que los adultos no estemos en las mismas condiciones para acompañar el proceso de adaptación de niños y niñas. Por lo tanto, es importante considerar el escenario actual para que el cambio de hora no se convierta en un estresor más. Para esto será importante que los adultos no se sientan presionados en responder ante este ajuste de horario”.
Según la profesional, es importante poner atención si los niños presentan algún cambio en el estado de ánimo, conductas, apetito, en la conciliación del sueño o en su control de esfínter y considerar que siempre el diálogo fortalece la relación. “En este sentido, el cambio de hora puede ser una oportunidad para explicarles la realidad que los rodea, por ejemplo, las estaciones del año, los brotes de los árboles en la primavera o el aumento de las actividades al exterior por el aumento de las temperaturas”, indica.
Algunos tips
- Días antes del cambio de hora, se sugiere adelantar en 15 minutos las rutinas de niños y niñas, como los juegos, comida y sueño. Es importante que estos cambios de hábitos los realice la familia completa, para generar un proceso integral.
- Se debe explicar al niño o niña lo que va a suceder con este nuevo horario. Una forma entretenida de hacerlo es invitándolo a cambiar la hora del reloj juntos y en ese momento, explicarles los cambios de luz que habrá en los próximos días.
- Leer un cuento antes de dormir que aborde el nuevo contexto. Por ejemplo, relatarles una historia que explique la llegada de la primavera y los procesos de luz y cambios de la naturaleza que ocurren en este periodo.
- Durante la primera semana del cambio de hora se puede invitar al niño a dormir siesta para que puedan disminuir la sensación de cansancio.
- Estimular la actividad física para potenciar gasto energético y así estén más cansados a la hora de dormir.
Al seguir estas estrategias, es importante tener en cuenta la particularidad de cada niño y niña, ya que pueden reaccionar de diferentes maneras según su forma de ser, “por ello, los adultos debemos tener paciencia y ser creativos para abordar el cambio”, manifiesta Alicia Varela.
Fonoinfancia de Fundación Integra, con 20 años de experiencia, es un servicio de cobertura nacional y gratuito de atención psicológica a través del teléfono 800 200 818 y vía chat en www.fonoinfancia.cl. Es atendido por especialistas en temas de crianza, niñez y familia, de lunes a viernes, de 08:30 a 19:00 horas.