Convertido en uno de los himnos musicales más famosos del mundo del deporte, la historia detrás de su génesis no tenía una vocación tan universal.
Cuando un músico escribe una canción, uno de sus objetivos más anhelados es el de que perdure en el tiempo. Y en ese sentido, Freddie Mercury se sentiría orgullos si hubiera comprobado hasta qué punto ‘We are the champions’ se ha convertido en eterna. Publicada en el álbum ‘News of the world’ (1977) junto a otro hit como ‘We will rock you’ hay diferentes teorías sobre su origen, aunque el propio Mercury despejó cualquier duda en su momento.
Y es que muchos consideraban que se trataba de una canción para reivindicar los derechos del colectivo LGTBI. Lo cual no hubiera dejar de ser una paradoja puesto que el hecho de que una canción con ese fin se hubiera convertido en himno de un deporte tildado de homófobo es como poco curioso.
Pero nada más lejos de la realidad. Según manifestara el propio Mercury en varias ocasiones, la canción surgió pensando en el Manchester United y, en cierto modo, como respuesta al ‘You’ll never walk alone’, interpretado por Gerry and the Pacemakers, que a la postre es el himno oficioso del Liverpool, su gran rival.
Pero, mientras es complicado escuchar ese tema lejos de Anfield o en otras voces que no sean las de los aficionados del Liverpool, la canción de Queen ha sido adoptada por el mundo del deporte en general para ensalzar sobre todo los triunfos, independientemente de la disciplina.
Aunque fue gracias a su elección por parte de la FIFA como una de las canciones oficiales del Mundial de 1994 disputado en EEUU, cuando el tema definitivamente se instaló en la memoria colectiva. Ese hecho unido al de que es, según un estudio publicado en 2011, la canción más pegadiza de la historia, la ha convertido en un himno universal. Cómo demuestra el hecho de que haya sonado en el Bernabéu con motivo del triunfo del Real Madrid en la liga.