Tras el desvanecimiento y posterior hospitalización del alcalde de Coquimbo, Ali Manoucheri, se confirmó, tras diversos exámenes, que el diagnóstico fue el de un síndrome de vasoconstricción reversible, el cual consiste en la contracción de una arteria que lleva sangre al cerebro.
La académica del Departamento de Enfermería de la Universidad de La Serena, Sonia Fábrega, explicó que corresponde a “una vasoconstricción en las arterias cerebrales, lo que disminuye el flujo sanguíneo a nivel cerebral”.
La especialista en enfermería de emergencia añadió que entre las causas está el uso de algunos medicamentos, el estrés, esfuerzo físico, entre otros, que pueden aumentar la presión intracraneal”.
Y si bien los síntomas son muy parecidos a los de un Accidente Cerebrovascular (ACV), ambos se diferencian en que este síndrome tiene un carácter reversible. “En ambos casos hay presencia de cefalea intensa, parálisis facial o de extremidades y de desviación de la comisura labial. Pero un ACV se instala en la persona y deja una secuela porque se detuvo el flujo sanguíneo y hubo una rotura de la arteria, mientras que en el caso de una vasoconstricción, se resuelve espontáneamente al pasar de los días, que son más o menos de 12 a 15 semanas, en donde las arterias cerebrales vuelven a quedar en el calibre que tenían y sigue la circulación normal”.
Fábrega advirtió que este síndrome es de cuidado ya que, en algunos casos puede desencadenar un ACV: “Existen factores de riesgo como por ejemplo el tabaquismo crónico o el alcoholismo, los que pueden producir este cuadro e incluso, complicaciones más graves como lo es producir un accidente de cerebro vascular, ya que lo más grave que puede suceder es que efectivamente esta vasoconstricción derechamente rompa la arteria en lugar de contraerla”.
Frente a la presencia de alguno de estos síntomas, la académica recomendó acudir rápidamente a un servicio de salud de emergencia, indicando que “cuando eso ocurre, hay que consultar a un servicio de urgencias y lo principal es hacer un escaneo para ver primero que esté todo normal y posteriormente tener un ingreso a un servicio de mediana complejidad para poder tener un seguimiento de ese cuadro”.
La enfermera detalló que los pasos son “ingresar al paciente al centro de salud, estudiarlo, hacerle un seguimiento, una observación y ver que vaya mejorando efectivamente en las primeras 72 horas, y que no se agudicen los síntomas. Paralelamente, realizar terapia, ejercicios, tratamiento con analgésicos para ir disminuyendo los síntomas”.
Además se deben realizar cambios en conductas habituales, como por ejemplo no realizar esfuerzos físicos grandes por lo menos en las 12 semanas siguientes al cuadro, “y realizar estudios complementarios, para ver cuán comprometidas tenemos nuestras arterias cerebrales y ahí utilizar el tratamiento farmacológico que tiene que ver con tratamiento médico principalmente para de alguna forma volver el calibre de la arteria a su estado normal”, agregó la enfermera.
Finalmente, la académica destacó que, para evitar este tipo de situaciones, es importante realizar chequeos médicos al menos una vez al año. “Nosotros no tenemos en nuestro país una cultura preventiva de salud, acudimos al médico o consultamos en un servicio cuando ya nos pasa algo, en general a la primera alerta no le hacemos caso y es necesario estar atentos a los síntomas que va mostrando nuestro cuerpo”, puntualizó.